El Sacerdocio de la Política
Entramos en una etapa de recuperación social o en una simulación del futuro que queremos?. Cuál es nuestro destino y el de nuestros conciudadanos?. Que esperamos de nuestros políticos y de nosotros mismos?. Alguien me dijo una vez, justo antes de una elecciones, que para decidir era necesario conocer las plataformas políticas de los partidos y candidatos, o sea sus promesas. Pero evidentemente después de varias experiencias pasadas observamos que ese método esta perimido, ya que un análisis retrospectivo de los hechos nos demuestran que las promesas no se cumplen y solo se trabaja para el clientelismo político, o sea la fidelidad del bolsillo y no la del sentido común, la del raciocinio, la de conciencia.
Por lo cual propongo a todos mis conciudadanos que busquemos por todas las formas posibles, ver, observar, preguntar, investigar, analizar quienes son los candidatos que pretenden representarnos, pedir que se haga público su patrimonio y el de su familia, empezar a demandar investigaciones fiscales de sus bienes y que demuestren como lo consiguieron, que cosas han hecho en su labor pública, sus antecedentes de honestidad, su entrega al prójimo y no a fines personales.
La actividad pública debería ser un sacerdocio en serio y no un hecho cómico, ya que es la mejor manera de contribuir por un país. Ustedes pueden admirar a muchas ONG (organizaciones no gubernamentales) que trabajan en serio sin mezquindades por el prójimo, con gente que entrega todo de sí por los demás, así debería ser nuestra actividad política pública, para que de esa manera se manifieste la vocación de servicio.
Señores políticos, empiecen a pensar en los demás si pretenden sobrevivir en el futuro inmediato, sientan la cosa pública como una forma de contribuir con la comunidad, sabemos que no cualquiera tiene condiciones para ocuparse de los demás, necesitamos sacerdotes de la política y no enriquecidos señores que desconocen las necesidades de la gente.
Roguemos que nuestro presidente siga por ese camino, pero necesitaríamos que el resto de los candidatos que próximamente elegiremos se alineen por el mismo sendero, buscando abrir sus conciencias en pos de la comunidad.
Por lo cual propongo a todos mis conciudadanos que busquemos por todas las formas posibles, ver, observar, preguntar, investigar, analizar quienes son los candidatos que pretenden representarnos, pedir que se haga público su patrimonio y el de su familia, empezar a demandar investigaciones fiscales de sus bienes y que demuestren como lo consiguieron, que cosas han hecho en su labor pública, sus antecedentes de honestidad, su entrega al prójimo y no a fines personales.
La actividad pública debería ser un sacerdocio en serio y no un hecho cómico, ya que es la mejor manera de contribuir por un país. Ustedes pueden admirar a muchas ONG (organizaciones no gubernamentales) que trabajan en serio sin mezquindades por el prójimo, con gente que entrega todo de sí por los demás, así debería ser nuestra actividad política pública, para que de esa manera se manifieste la vocación de servicio.
Señores políticos, empiecen a pensar en los demás si pretenden sobrevivir en el futuro inmediato, sientan la cosa pública como una forma de contribuir con la comunidad, sabemos que no cualquiera tiene condiciones para ocuparse de los demás, necesitamos sacerdotes de la política y no enriquecidos señores que desconocen las necesidades de la gente.
Roguemos que nuestro presidente siga por ese camino, pero necesitaríamos que el resto de los candidatos que próximamente elegiremos se alineen por el mismo sendero, buscando abrir sus conciencias en pos de la comunidad.
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