LAS HUELLAS DEL MISTERIO
En un sendero tapado por la espesa forestación, aparece insinuante y desafiante una cueva que no sabemos que encierra, pero si podemos ver que se trata de un camino en la roca difícil de atravesar. No se bien que es lo que encierra ese túnel, pero si pude visualizar que el mismo no tiene mucha diferencia con los senderos y recorridos que realizamos en nuestra vida. Esos caminos que nos toca transitar a veces nos convierten en discípulos del bien o artífices del mal, pero cual es realmente el camino que cada quien quiere andar. No es a veces una cuestión de orgullo o de enfrentamiento la que se manifiesta en nosotros. A donde vamos, a donde queremos llegar, si por ese camino no podemos llegar a conseguir lo que buscamos.
En el incesante ir y venir de nuestra vida escogemos formas y actitudes antes los hechos que nos cierran los senderos y le ponen trabas a la ruta que debemos recorrer, pero la cuestión es como recorrer esa ruta, queremos avanzar con resultados o sin ellos.
Si después de mucho remar vemos que no tenemos respuestas ante los hechos cotidianos que se suceden en nuestra comunidad, y que se traducen en reclamos a nuestros dirigentes que no son resueltos o respondidos, entonces, cual es la actitud, cuales son las acciones, cuales son las propuestas. Seremos artífices de la destrucción o abanderados de la construcción de una nueva forma de hacer las cosas, de encarar el futuro, pensando simplemente en independizarnos de nuestros dirigentes, en vez de enfrentarlos y con eso permitir que se agiganten, que se crean cada vez más omnipotentes y más dueños de todo lo nuestro.
Recuerdo la actitud de algunas artes marciales que utilizan la fuerza del enemigo para vencerlo, no será el momento de ignorarlos como ellos ignoran nuestras propuestas, no será el momento de hacer las cosas por nosotros mismos, sin proyectos burocráticos que luego son archivados en un cajón, para que tal vez, y solo tal vez alguien lo desarchive después de mil años y encuentre las huellas del misterio jamás develado, entonces nos preguntaremos ¿Y si hubiéramos hecho las cosas de otra manera?
En el incesante ir y venir de nuestra vida escogemos formas y actitudes antes los hechos que nos cierran los senderos y le ponen trabas a la ruta que debemos recorrer, pero la cuestión es como recorrer esa ruta, queremos avanzar con resultados o sin ellos.
Si después de mucho remar vemos que no tenemos respuestas ante los hechos cotidianos que se suceden en nuestra comunidad, y que se traducen en reclamos a nuestros dirigentes que no son resueltos o respondidos, entonces, cual es la actitud, cuales son las acciones, cuales son las propuestas. Seremos artífices de la destrucción o abanderados de la construcción de una nueva forma de hacer las cosas, de encarar el futuro, pensando simplemente en independizarnos de nuestros dirigentes, en vez de enfrentarlos y con eso permitir que se agiganten, que se crean cada vez más omnipotentes y más dueños de todo lo nuestro.
Recuerdo la actitud de algunas artes marciales que utilizan la fuerza del enemigo para vencerlo, no será el momento de ignorarlos como ellos ignoran nuestras propuestas, no será el momento de hacer las cosas por nosotros mismos, sin proyectos burocráticos que luego son archivados en un cajón, para que tal vez, y solo tal vez alguien lo desarchive después de mil años y encuentre las huellas del misterio jamás develado, entonces nos preguntaremos ¿Y si hubiéramos hecho las cosas de otra manera?
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