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Néstor Campos

LAS IDEAS NO SE MATAN

Desde el comienzo de nuestra civilización ha existido la violencia, motivada en distintos factores y causada por diferentes cuestiones, pero siempre teniendo al hombre como participe voluntario en algunos casos e involuntario en otros. Las distintas épocas han manifestado la violencia a través de la guerra entre naciones por razones religiosas, étnicas, políticas y tantas otras variantes que sería muy extenso nombrar, pero en definitiva con un fin común, la destrucción del hombre.
Que es violencia?, entre algunas de sus acepciones figura “acción de violar”, y cuando de esto se habla, lo hacemos en diferentes aspectos, violar un semáforo, una barrera baja, una señal de tránsito, un candado, una puerta, una vivienda, un comercio, pero cuando esta acción es realizada sobre otro ser humano, reviste la mayor de las gravedades.
Porque nuestro país entró en esta loca espiral que lejos de detenerse, sigue avanzando destruyendo a su paso personas, familias y sociedad, que motiva este estado de cosas, quien las promueve y estimula, cual es el destino que el violento busca para su alma, cual es el camino que desea tomar, cuales son los intereses últimos de tan perverso proceso.
Hoy estamos frente a una situación dolorosa, por todos conocida, es necesario encontrar a los responsables, y cuando digo responsables no me refiero solo a los que empuñan el arma, si no a aquellos que amparados en la cobardía y en las sombras de sus miserias humanas tratan de llevar a la sociedad al estado de total indefensión.
Entonces reitero la pregunta: cuál es el fin último?, que todos sigamos nuestro camino en silencio, que nadie genere nuevas propuestas, que ninguno saque los pies del plato, cual?, alguien me lo podrá contestar?.
Sabremos realmente, fuera de lo que creemos o pensamos, cuales son los móviles de los hechos ocurridos en este y en tantos otros, la justicia actual permitirá descubrir este interrogante.
Pero les digo a todos, las ideas no se matan, se discuten, se ponen en debate, se genera polémica, pero siempre aparece el diálogo detrás de una idea, se puede estar de acuerdo o no con esa idea, pero nunca se debe acallar, porque cuando esto sucede, sobreviene algo mucho peor en la sociedad que no podrá silenciarse, la necesidad de justicia.

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