POR LA PRESENTE ..
Así comienza normalmente una carta dirigida a alguien. Pero ¿en que consiste la presente? La presente se refiere a lo que estoy leyendo en el momento que recibo esa carta. Entonces, de que se trata el presente, será de lo que hoy podemos hacer, o de lo que hoy estamos haciendo. En definitiva, no es el pasado en donde estoy, más allá que lo tenga en cuenta para no cometer errores, pero lo que hice o no hice, no lo puedo resolver, pero si puedo tomar acciones en el presente para que, lo que pasó no me vuelva a ocurrir.
Pensemos entonces que puedo hacer con mi presente.
Por otra parte yo no vivo en el futuro, con lo cual no vivo de promesas, de lo que mañana yo o alguien pueda hacer, vivo en el presente . El eterno presente, porque eterno?, porque siempre estoy en él.
El presente que hoy construyamos muy probablemente contribuya con mi futuro o el de otros. Con lo cual todo lo que podamos hacer hoy será importante para el mañana, para lo cual debemos ver lo correcto de las acciones presentes.
Cada uno tiene sus pareceres con respecto a su prójimo, con lo cual, lo que a mí puede parecerme bien, no necesariamente lo será para el otro.
Entonces, el secreto es hacer lo que es bueno para mÍ y también es bueno para los demás, y si se trata de hacer, no es mejor hacer que no hacer.
Dentro de nuestro contexto social, estamos cansados de no ver hacer, pero si los que hacen son los otros, le encontramos la vuelta para no ver lo que hacen de bueno, mirando solo el lado malo.
No será hora en nuestro país de empezar a pensar con sentido común, que dicho sea de paso no es el más común de los sentidos, si no aquel que pocos utilizan, ya que privan los intereses personales o sectoriales.
Las obras y acciones que yo pueda realizar en bien de los demás son válidas, las del otro que tal vez tiene una historia poco clara a mi vista, quedan automáticamente inhabilitadas.
Con lo cual quiero decir que, si el otro hace algo bueno en favor de los demás, porque oponernos, más allá de sus intereses, que tarde o temprano saltarán a la luz. Pero mientras tanto, hagamos que esas acciones u obras nos beneficien como ciudadanos y como comunidad.
Por la presente . Sigamos siendo artífices de nuestro destino en la medida de las posibilidades y evitemos que la crítica despiadada pueda mellar nuestro camino.
Pensemos entonces que puedo hacer con mi presente.
Por otra parte yo no vivo en el futuro, con lo cual no vivo de promesas, de lo que mañana yo o alguien pueda hacer, vivo en el presente . El eterno presente, porque eterno?, porque siempre estoy en él.
El presente que hoy construyamos muy probablemente contribuya con mi futuro o el de otros. Con lo cual todo lo que podamos hacer hoy será importante para el mañana, para lo cual debemos ver lo correcto de las acciones presentes.
Cada uno tiene sus pareceres con respecto a su prójimo, con lo cual, lo que a mí puede parecerme bien, no necesariamente lo será para el otro.
Entonces, el secreto es hacer lo que es bueno para mÍ y también es bueno para los demás, y si se trata de hacer, no es mejor hacer que no hacer.
Dentro de nuestro contexto social, estamos cansados de no ver hacer, pero si los que hacen son los otros, le encontramos la vuelta para no ver lo que hacen de bueno, mirando solo el lado malo.
No será hora en nuestro país de empezar a pensar con sentido común, que dicho sea de paso no es el más común de los sentidos, si no aquel que pocos utilizan, ya que privan los intereses personales o sectoriales.
Las obras y acciones que yo pueda realizar en bien de los demás son válidas, las del otro que tal vez tiene una historia poco clara a mi vista, quedan automáticamente inhabilitadas.
Con lo cual quiero decir que, si el otro hace algo bueno en favor de los demás, porque oponernos, más allá de sus intereses, que tarde o temprano saltarán a la luz. Pero mientras tanto, hagamos que esas acciones u obras nos beneficien como ciudadanos y como comunidad.
Por la presente . Sigamos siendo artífices de nuestro destino en la medida de las posibilidades y evitemos que la crítica despiadada pueda mellar nuestro camino.
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